domingo, 9 de diciembre de 2012

Oda a Atenea.



Me encomiendo a las Musas que no intentaste arrebatarme, concediéndome así lo que te pedía, y comienzo así esta Oda para ti, oh, diosa a la que nunca tenía pensado escribir:


Tus ojos de lechuza adquieren el brillo de una enorme Luna
que se retrata en tu impoluto casco,
que se refleja en tus frondosos cabellos.


Tu escudo es un mar de estrellas,
a tu querida Pallas forman uniéndose entre ellas,
sacando a la luz una herida latente en tu corazón.


Nadie como yo entiende tu maternidad y tu huída.
Nescio, pero creo que nadie más ha sentido tanta empatía
en los tortuosos momentos de tu vida.


En sueños y en vida pude besar lo que nadie besó,
tus amargos y castos labios donde escondes el conocimiento;
ávida de éste, metí toda la lengua hacia dentro,
sentí por un instante que me iba al Olimpo impulsada por el viento.


Oro viejo imagino tus ojos pues en ellos se reflejan los viejos escritos.
Oro viejo que representa tu fuerza y grandeza.
Oro viejo que corre por mis venas.
Oro viejo que surca mi cerebro.
Oro viejo que oprime y quema.
Oro viejo, mea Atenea.

Seré breve: Ven



Me duele la espalda, me duele muy adentro, es porque mi piel se acostumbró a tu cuerpo.
Me arrancas de ti y quedo sin esqueleto, no sé como me mantengo en pie.
Bien, aquí estoy, sabes bien que sólo tus brazos calmarán mi dolor,
sabes que sólo éstos me recompondrán con tu amor.
Culpa tuya, nadie te mandó ser tan bella.


Me duele cada partícula de aire que recorre mi cuerpo, es porque me acostumbré a respirar tu aliento.
Me arrancas de ti y quedo sin aire, no sé como aún así puedo suspirarte.
Vale, aquí estoy, sabes bien que sólo de tu boca puedo coger aire,
sabes que si no me ahogaré con las lágrimas que me anegan.
Culpa tuya, nadie te mandó ser sustento.


Me duelen los brazos de intentar volar una y otra vez , es porque me acostumbré a hacerlo de tu mano.
Me arrancas de ti y me caigo en espiral con el humo de cada palabra, no sé como sigo viva.
Bueno, aquí estoy, sabes bien que sólo tus alas me levantarán,
sabes que si no seguiré cayendo hasta el fin.
Culpa tuya, nadie te mandó ser cisne.


Me duelen los ojos de intentar buscarte en la penumbra, es porque me acostumbré a ver a través de tu tacto.
Me arrancas de ti y no veo nada más que recuerdos, no sé como no he perdido la cordura.
Ya ves, aquí estoy, sabes bien que sólo tus caricias me harán ver,
sabes que si no seguiré ciega buscando tus manos.
Culpa tuya, nadie te mandó ser suave.


Me duelen los labios, todo me atraganta, es porque me fui a buscar los besos que cayeron al final de tu garganta.
Me arrancas de ti y se me cortan los labios con ficticias navajas, no sé como no me he desangrado.
De acuerdo, aquí estoy, sabes que sólo el néctar de tu boca puede curarme,
sabes que si no arderé en la hoguera del delirio.
Culpa tuya, nadie te mandó ser musa.


Sabes que, por muy bellos que sean, los recuerdos no llegan a nada, ¿a caso hay más razones para que vengas a fundirte conmigo?.VEN.


P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit.

Mi desvelo a ti debido.




Mira la hora que es. No puedo más, te anhelo. Y me moriré dentro de nada, lo sé, porque incluso ahora siento como el corazón se para, como tu ausencia envenena el aire y respirar me mata y, con todo, respiro ansiosa por volver a verte pronto, vida. Siento que me muero por ti y ya no hay marcha atrás. O tus brazos o la muerte. Al parecer hoy me viene a visitar ella. Al parecer manchará mis labios-que siguen siendo tuyos-con su carmín de fulana. Al parecer, como no están tus brazos, me acogen los de ella. 
Mi niña, te amo, te anhelo.
Mi cisne, vuela mientras tu poetisa se desvela.
Mi vida, despierta mientras me atrapa Morfeo.
Mi amor, dame tu beso antes de recibir el de Átropos.
Dame otro después, no quiero que la última en besar mi boca sea ella, quiero que seas tú.
Vida, cógeme en tus brazos y dame lo que eres, vida.
Amor, no dejes que me caiga, que ya me veo en el suelo.
Alma, júntate conmigo, con tu trozo de esencia perdido en lo inexorable del tiempo.
Pájaro de Música, elévate con las notas de las vetustas partituras.
Mi consentida, guarda con recelo las caricias mías a ti debidas.
Mi amor clandestino, no dejes que me queme en la incertidumbre del sino.
Mi secreto, solo tú y yo sabemos lo que verdaderamente es correcto.
Querida mía, lo que daría yo por un segundo de tus labios.
Amada mía, mataría por una milésima de segundo entre tus brazos.
Cariño mío, sólo tú y yo sabemos lo zorra que es la vida, lo putas que son las horas que se prostituyen con los días.
Pero yo soy más furcia que ellas, lo que haría yo por un segundo de Tu et Ego.


P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit.

Tempus



El eco de mi voz enmudece en la agonía de no tenerte cerca y estalla en tu sonrisa, en cada una de tus miradas.
Agonizo y reiteradas veces muero con el olor de tu piel,
te anhelo, te anhelo, te huelo a escondidas.
Me paro a pensar los parajes más insólitos de tu piel,
esos que la Luna tanto añora ver.


Las mañanas se tiñen de sangre porque no estás.
Las noches se funden con lágrimas porque te vas.
Las tardes ni me las quiero imaginar.
Las horas avanzan lentas,
¡qué crueldad!.

Las horas van derritiéndose por la inhóspita ciudad,
se funden en las colillas que los "yonkis" dejan al fumar,
se esconden entre las botellas medio vacías de algún bar,
se pierden en cualquier bosque para aullar,
todo por hacerme desesperar,
todo por no avanzar,
¡miserables!.

Se juntan con los perros y sanguinolientos segundos
y se follan pagando a los desalmados minutos.
Sin ti, vida, en las calles sólo veo esputos
que dejan los transeúntes,
que pintan las aceras,
¡quimeras!.

Contigo, amor, las muy cruentas suelen acelerar,
me quieren viciar,
como si la heroína de tus labios no me tuviera presa ya.
¡Ja!.

Tengo el mono, no consigo, no me puedo dejar de rascar,
antes tu crema me solía calmar,
ahora incluso me hace rabiar
por entre tus brazos no estar,
¡ven!.

Como un animal herido me vuelvo a mi guarida,
puede, a pesar de todo, que con algún que otro instinto suicida.
Sé que sólo en tus brazos volveré a la vida;
que el no tenerte me sirva de escarmiento,
mientras tanto, alma,
¡memento!.



P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit.

sábado, 27 de octubre de 2012

Todo lo que puedas imaginar es real.


Hace menos de un año parecía que íbamos a conquistar el mundo juntos.Nos mirábamos acostados en tu cama. Yo no te amaba, ni tú especialmente a mi aunque dijeran lo contrario, pero sí nos queríamos mucho. No hubiera dado la vida por ti  ni tú por mi, pero sí nos desvivíamos el uno por el otro. Tú llorabas y lloraba yo. Yo lloraba y llorabas tú. Sentía rabia y tú apretabas los puños. Ofendían a uno y se sentía más dolido el otro. Y así aunque no supiéramos nada del otro. Aún así a los ojos de los demás siempre nos estábamos picando. Éramos como hermanos. 

Yo me pregunto cuántas veces habré mirado por aquella ventana. Seguro que no tantas como la he maldecido. Siento vértigo al pensar en tu cuerpo cayéndose. Tu mirada de pánico mirando hacia arriba y tu móvil sobre la mesilla esperando mi llamada. Cayéndose tu cuerpo. Para ti hacia un vacío sin fin, para mi hacia un pozo de amargura, para los demás hacia una acera de Coruña.

Hemos cantado y bailado bajo la lluvia, recuerdo que bajábamos a la Calle Real y dábamos tumbos y saltábamos de charco en charco, Justamente allí. La gente nos miraba pero daba igual. Hemos sentido también los rayos de Apolo sobre nuestra piel en esas calles. Hemos visto la Febe, la hemos buscado cuando estaba escondida.

Salíamos del Sham. Tú y yo, daba igual quién se quedara dentro. Ahora estoy mareada porque me saturo con Arte para hacer más llevadera tu ausencia.


domingo, 26 de agosto de 2012

CAPVS NEC CAPVS.

Ni siquiera me atrevo a mirar a tu ventana y sigue en mi mente cómo ese hueco en la pared pudo llevarte a otro mundo vacío donde ni sientes ni padeces. Tu ventana. Intentó revivir yo lo que hiciste aquella noche antes de que la pérfida Átropos te arrancara de mis brazos pero no de mi corazón.

Me siento en una esquina de tu cama, deshecha, tal cual como la tenías tú, ¿por qué? ¿a caso fue un impulso de tu corazón en medio de la negra noche? ¿es que ver esa Luna  no te emocionó? Yo la veo desde aquí y me reconforta, ¿cómo es que a ti no?. Coges el móvil, intentas llamarme. Apagado. Duerme -ojalá pensaras eso, que realmente dormía, que no te había abandonado-. Me escribes un mail, te tiemblan las manos -¿cómo se puede despedir de alguien al que quieres tanto?, en mi pasado, a pesar de las muchas cartas de suicidio, nunca lograba despedirme, "no es tu culpa, oye, no es tu culpa, tienes que ser feliz". Feliz. Ja. Es mucho pedir pero aún así seguía escribiendo y recuerdo el papel encharcado en lágrimas, ¿tú anegaste el teclado?-. Miras el móvil, sigues esperando mi llamada. Nada. NADA. Envías el mail. Ya no hay marcha atrás -dios mío, Nicolae, sí la había, si tú estuvieras vivo para mi ese mail no existiría-. Vuelves a mirar el móvil. Nada. Piensas que esa llamada dejará un cargo de conciencia en mi y llevas razón pero ya no puedes remediarlo, no hay marcha atrás, no puedes borrarla. Abres el armario y piensas "¿me quito el pijama?".

Madrugada del día 27 de julio, te sientas en la cama. Esos malditos informes médicos están encima del escritorio. Te levantas y los rompes. Te sientas de nuevo, esta vez en el suelo, te aguantas la cabeza con las manos pues el peso de lo actual y los recuerdos te consumen y te quitan las fuerzas. Miras fotos. Mamá. Papá. Mamá. Papá. Tienes que parar. Empiezas de nuevo. Mamá. Papá... Y piensas que no debían haber cogido aquel coche, recuerdas aún como fue su último beso. Tiras las fotos contra el suelo. Abres la ventana, que te impregne la brisa, que te haga liviana esta carga. Tú querías curar enfermedades y la enfermedad se hizo contigo. Incurable. Terminal. Las palabras retumban en tu cabeza. Los recuerdos te comen y las ausencias te despedazan.

Te metes en cama. Cierras los ojos. Te levantas. Lo decides. Apartas las cortinas. Te asomas a la ventana. Te pones de espaldas, no quieres sentir nada. Te  subes al alféizar de la ventana. Miras que no halla nadie. Miras al cielo por última vez, abres bien los ojos y te tiras. Gritos. Oscuridad. Y por fin nada, ni silencio. ¿Cómo pudiste si las estrellas te miraban? ¿cómo osaste si yo yacía despreocupada en mi cama aferrada a un peluche?.

Me despierto, recuerdo esa madrugada con todo detalle. No me doy levantado, mi madre insiste e insiste en que se tiene que ir, no sé a donde, yo sigo en mi cama. El teléfono no para de sonar, mi madre habla y habla pero yo no escucho, me da igual, yo aún sigo en el bosque de mis sueños. OGH, está bien,me levanto. Se va. Se va. Se va. Se fue. Por fin. Wiiii. Abro mi camafeo, sonrío, sonrío más, venga, otra sonrisa, sonrío más y más y más y más. Enciendo el móvil, una llamada perdida tuya, ¿qué ha pasado?. No tengo saldo, mierda. Me conecto. Ahí estás. Te hablo. No contestas. Pienso que estás dormido y te dejo en paz. Transcurre la mañana, todo pasa muy lento. Sigo conectada pero no me hablas. Voy a comer.Me entero de la noticia de que te has matado, todo pasa muy rápido y de repente el tiempo se para sin previo aviso. Dejo la comida. Me encierro en mi cuarto. Me conecto. Lloro. Hablo. Lloro. Lloro. Lloro y pienso en aquella llamada.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Oda a mi diosa antropomórfica.


Intentando imitar a Ovidio en sus Tristia I, VI, me encomiendo a Eros y comienzo esta Oda a una diosa antropomórfica:

"Ni Fabia fue tan alabada por su Ovidio en su luctuoso destierro
ni Penélope por Homero,
como lo eres tú por mi, oh, inalcanzable.

Ni Biblis amó tanto a su Cauno,
ni Safo sintió tanto amor por Atis
como el que florece por ti en mis adentros.

Ni Helena fue tan reclamada
ni Psique tan bella -y odiada-
como tú, amada mía, con esa mirada llena de melancolía.

Nunca antes Febe había cedido su trono
a una diosa de tal poderío y belleza como eres tú,
que en cada una de tus imperfecciones
se pueden ver las ruinas y los frisos del Partenón.

Alma inmortal alimentada por el néctar de Baco.
Espíritu divino que resplandece con los rayos de Zeus.
Cuerpo sin órganos, sobrevive con la música que desprende la lira de Apolo,
bombean su corazón los mitos y las notas que armonizan su interior.

Fuiste la llama que encendió mi corazón,
fuiste la luz que luchó contra mis sombras,
fuiste el Orfeo para esta Eurídice pero no miraste hacia atrás,
tiraste por mi hacia el mundo de los vivos
y me abrazaste a la vida "veluti trabe fluta",
fuiste más valiente que Leónidas,
librando una batalla contra mis "inmortales".

Eres como la ninfa Siringa, convertida por el dios Pan en flauta,
eres el viento, no, eres las notas que  salen de cada instrumento,
eres el mar que bate continuamente contra mis rocas
al son de los latidos de mi corazón,
eres mi valentía y mi "sin-razón".

Serás la mujer de egregia hermosura
a la que los dioses inmortalicen en el firmamento,
junto a la hermosa Luna,
cuando de ti sólo se halle polvo envuelto en óleo y partituras.

Ningún mortal ha sido ni será tan amado,
ni por dios, ni por musa, ni por héroe, ni por ninfa, ni por humano.
Ninguna diosa ha sido tan deseada, por eso te pido que te cuides de Afrodita,
que me mira con ojos iracundos al saber que sólo soy tuya.

Ninguna mortal ha amado tanto a una diosa,
ni se ha sentido por ello poderosa,
ni ha probado la ambrosía que guarda con recelo en su boca,
hasta que llegué yo y con letras y Arte te expugné.

Por todo esto me atrevo a decir -y que me perdone Ovidio-
que Fabia no fue tan amada ni anhelada por su poeta en el exilio"



P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit




Carta a Nicolae.


Si hace unos meses me dijeran que te hiciera una carta de despedida porque te me ibas no daría crédito. Tampoco doy crédito ahora, aún pienso que te me has ido con Febo a levantar el Sol con tu hermosa mirada y volverás al anochecer cuando se alce Febe apoteósica sobre el firmamento para sentarte conmigo en esa barra y decirle al camarero "deje la botella de Tequila" o simplemente pienso que vendrás por esas escaleras y me abrazarás cuando llore y señalarás a la Luna para que yo te diga lo preciosa que es una y otra vez, espero a que me abras el camafeo y me preguntes "¿por qué?" porque sólo a ti podría contestarte aunque me quedara sin aliento. Sigo viéndote cuando salgo en el Hangar, levantando tu cerveza cada vez que entro, sigo encontrándome contigo en el Sham Rock y confieso que a veces voy a buscarte intencionadamente aunque sé de sobra que no estarás y miro a aquel taburete y espero que me digas algo estúpido o a que salgas a traerme un cupcake y vuelvas con una sonrisa de oreja a oreja mientras lo escondes para vacilarme.

Me gustaría decirte que te recuerdo a cada momento pero no es así, el simple hecho de pensarte y saber que no estás, que nunca más estarás, me produce un dolor que no puedo describir con palabras. Te he robado tu colonia por no robarte parte de tu alma para sentirte cuando más lo necesite. Pensé que estábamos juntos, que lucharíamos pero no miré que el final ya lo tenías dictaminado.

Cada vez que miro cualquier estatua de Eros fijamente a la cara te veo a ti, con tus rasgos infantiles, con esa mirada fija perdida en un mundo de cuerdas y madera rodeado de notas musicales y rosas rojas que nunca mueren. Veo que una mariposa se posa en tu pecho desnudo y me muero de ternura, ¿tu psique se niega a abandonar tu cuerpo? ¿será que aquel "niño de marras" te dotó con su belleza y ésta se enamoró de ti, de tus dorados cabellos adornados con ese pañuelo rojo que se posa con suavidad sobre tu blanca frente(imagino que ahora demacrada, ay, dioses)? ¿se niega a dejar de mirar esos ojos abiertos y pintados de negro con la mirada de espanto dirigida hacia el insólito cielo, con su verde que por un momento me parecía que tornaba a gris en el ataud? Dime, Nicolae, ¿se pudrirá ella en tu pecho mientras pasa el tiempo inexorable hasta convertirte en polvo, en restos de lo que un día fuiste? ¿por qué no emprende vuelo? ¿habrá salido del corazón de alguna fortuita pasión? ¿habrá salido del mío?.

Mi corazón se niega a aceptar tu muerte y mi mente enmudece y grita a la vez que te recuerda porque no hay rincón en el que no hayas estado conmigo, porque el mundo sin ti se ha quedado un poquito más frío. No sólo fuimos amigos, fuimos algo más, fuimos hermanos y compañeros de la vida, unos ciudadanos del mundo sin patria ni bandera encerrados en una jaula de recuerdos en la que aún a veces entro y descubro que el silencio que no calla es el vacío de tu funesta voz.

No te preocupes, tengo quien me cuide, efectivamente estoy en buenas manos. Gracias por despedirte.

Te quiero.






sábado, 31 de marzo de 2012

Ubi amatur, non laboratur et, si laboratur, labor ipse amatur.

    ¿Qué hacer? si con cada lágrima que cae a un mar de quejumbrosos lamentos caigo yo detrás a un vacío negro en el cual Hades me besa y su putrefacta lengua que se introduce en mi cavidad bucal y quema hasta matar, Átropos me desnuda y me roza con su gélida piel, me araña los poros y me acaricia los pechos a la vez. Un trío, en fin, mortal. Ah, por dios, no me desnudó del todo, me queda mi camafeo y me aferro, me aferro en lo más negro y su interior me eleva, me eleva tanto que hasta me parece rozar con las puntas de los dedos esa deseada "ataraxia" que prometía el Hedonísmo.

    ¿La sangre que emanan mis muñecas? cada una de los suspiros que callé, cada una de las lágrimas que guardé con recelo en un paño de seda y envueltas en terciopelo, cada uno de los lamentos que me inspiró tu anhelo, cada una de las miradas que parecían desprender hielo, cada una de las gotas que se juntaban en tus ojos y mataban mis adentros con aires dolorosos.

    Las marchitas rosas resurgen en tu hermosa piel y del brillo de tu mirada se encarga Helios cada amanecer, de la carne y dulcura de tus amargos labios se encarga Nyx y las estrellas son las que te arropan y te miman porque todos, absolutamente todos te quieren conseguir y la Luna sospecha que eres para mi pero calla como calla tu razón y el corazón no atiende a la lógica, atiende al amor; el mío late por sus dos amores, late por la pintura, late por ti.

viernes, 30 de marzo de 2012

Mi corazón no aguanta este transplante.

   Me prometí que no iba a escribir, ¿y qué?, las promesas que me hago a mi misma nunca las cumplo será por aquello de que no aprecio mi vida, será por aquello de que voy a vivir poco, será porque... ¿por qué será?. Y después de meses-de unos jodidísimos meses-me encuentro escribiendo de nuevo, ¿con qué palabras?, eso me pregunto yo, el viento debe susurrármelas porque parece que mis labios se quieren cerrar, quieren sellarse para siempre y guardar sus palabras en vetustos cofres, se esconden tan bien que es tarea de titanes encontrarlas, por dios, por dios, por dios.

    No puedo más con este tormento, como una borracha me bebo cada una de las esperanzas que me va ofreciendo la vida y ahora que me abrazo a ella pero me resisto a quedarme pero soy la inocencia perdida, soy la vejez negada, unas lágrimas de olvido, un alma demacrada.

   Resisto por mi orgullo, vivo por amor, rezo al espejo, oculto mi pasión, agonizo entre las cuatro paredes de una habitación, muero entre lágrimas que nublan las estrellas de la oscura noche y resurgo en un charco cada mañana pero nunca, NUNCA sale el arcoiris.

domingo, 8 de enero de 2012

Ama si quod vis fac.

    Nunca, absolutamente nunca, podré ser tan alta como la Luna, el mismo día que me di cuenta de esto supe que había cosas inalcanzables y, aún así, no dejé de perseguir imposibles y sigo viva, que en esta etapa de mi vida ya es una gran victoria.
 
    Anhelo, eso es lo que siento al mirarte, tan inalcanzable, tan siquiera rozarte sería un triunfo y, aún así, no dejo de jugar con los efectos ópticos y te puedo tener entre mis dedos y cada vez que cierro mis ojos deambulo entre tu piel y en cada uno de tus poros hay una ventana que me muestra un mundo nuevo. Parece un sueño.

    Como ya dije en innumerables ocasiones, siempre he luchado por imposibles; "verbi gratia", cuando era pequeña, mientras todas las niñas soñaban con ser princesas dormidas en ataúdes de oro y esperar a su príncipe azul "per saecula saeculorum", yo soñaba con volar y no regresar de Nunca Jamás-de hecho hubiera pagado para que a alguna de esas crías se les atragantara la puñetera manzana antes de envenenarse y caer en un sueño profundo-.

    Dentro de un mes hará un año que empecé a creer en el amor, perdí la inocencia que quedaba en mi mirada enamorándome de ti, de una diosa antropomórfica de ignita belleza a la que no osaría describir con palabras porque ya lo intenté y ni éstas me llegan para plasmar con letras su profundo mirar, otro imposible que se mete en el baúl de mis fracasos. Tuve miedo, ¿desde cuándo el amor había pasado de ser un mito a una realidad? y, a pesar de todo, no me canso de luchar vehemente. Sé que, verdaderamente, el primer amor es el verdadero y también sé muy bien que estar enamorada de una misma persona toda una vida es imposible pero, permíteme la osadía de repitirme, yo siempre he luchado por imposibles, mi vetusto corazón yacerá en la misma tierra que acaricie tu cuerpo inerte y mis lágrimas bañarán la susodicha y de la unión de ambas surgirá una flor,  la más bella que vaya a ver el mundo jamás, sus pétalos estarán compuestos por esmeraldas y rubies intentando imitar su egregia hermosura; Atenea, Afrodita y Hera lucharán por ver quién la merece más pero ninguna la podrá portar en su cabello ya que dicha flor estará enredada en mi alma que se aferrará acerrimamente a la tuya para que no se atreva a cruzar la laguna Estigia, para que no ose abandonarme en este insólito mundo dejado de la luz de tu sonrisa. Flor que todos ansiarán acariciar pero ninguno podrá alcanzar. Esa flor se llamará "Καλή φωνή" y se encontrará colmando el Olimpo por toda la eternidad.

 
*"Καλή φωνή"= Hermosa voz.


P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit

sábado, 7 de enero de 2012

E più ti penso e più mi manchi...

    Mis labios se pegan al húmedo vaho de la ventana, buscando su estrella, buscándote a ti ya sin esperanza alguna. En medio de la noche pienso siempre en ti, cierro los ojos y pienso en ti, cae una lágrima de mis ojos por sentirme poca cosa sin ti pero sigo pensando en ti, pernocto pensando en ti y maldigo a aquel pérfido dios porque, a pesar de todo, sigues siendo la cosa más bella del mundo para mi, eclipsarías con creces a cualquier obra de arte creada por el hombre o por la mismísima naturaleza, más hermosa que contemplar como desciende o surge el sol por detrás de las ruinas del templo del gran Poseidón.

    Los vetustos mitos se encuentran guardados bajo llave en un arcón donde habita la música y se forma el brillo de tu abrasadora mirada y la pureza de tu deleitosa voz colmada de fantasías y esperanzas.

    Tu cuerpo es un alcázar inexpugnable por el cual solo se atreve a trepar la hiedra, algunos deseos borrados por el paso inexorable del tiempo y alguna que otra zarza que muestra recuerdos angustiosos del pasado. Alcázar dónde habita el sueño, lo imposible, mi añoranza.

    Estarás para los restos en mi desgarrada alma porque eres mi paraíso y mi condena, porque mi corazón vive más allá de la historia y del tiempo, porque podré no recordarte pero nunca te olvidaré, porque te amo con herida de pasión ciega, porque te espero con quejumbroso anhelo, porque tú, diosa, te metamorfoseaste en las lágrimas que me anegan.


P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit.




viernes, 6 de enero de 2012

Ars, amata mea.

    No lo puedo evitar, nunca he podido, sucumbo antes ante un cuadro que ante las formas del cuerpo femenino o del masculino. Me provoca más placer el frío beso del arte que un imposible y cálido beso de tus labios, ella es mis ojos cuando no soy capaz de ver; no tengo miedo de caer, ella me levantará, no tengo miedo de ahogarme en el mar, ella me salvará partiendo el agua salada y las olas a la mitad; no tengo miedo de arriesgar mi corazón por amarte, no tengo miedo de romperlo, no tengo miedo de fracasar, sé que sus pinceladas me curarán; nunca tuve miedo de perder mi alma al dártela en forma de cuadro, ¿porqué habría de tenerlo?, con sutiles pinceladas sobre mi cuerpo desnudo podría hacerme otra nueva compuesta por infinitos colores, así ocultaría tenuemente el hielo de mi frío corazón y es que no hay mayor obra de Arte que el cuerpo humano pero, de entre todos, destaca el tuyo al que cubriría de ígneos y brillantes colores (rojo... naranja... amarillo...) mezclados con aguarrás para que se fundan entre ellos y tu piel quede pigmentada de éstos, así no solo eclipsarías al Sol con tu sonrisa y tu mirar, incluso Hermes te ha querer robar, los apoteósicos dioses por ti volverán a pelear.



P.S: todos mis textos de amor, agonía, mitología y/o sucedáneos, absolutamente todos, van dedicados a una misma mujer, nadie más se ha de dar por aludido. Todo es por y para ella. Ella ya sabe. Y son de mi propiedad, no me gustaría verlos plagiados. Pandora (yo) dixit.

Me cambié de papel, no te amaré por una vez.

    No vuelo al pensar en ti pero tampoco suelo dormir, soy hetérea, soy divina, soy intangible, no puedo amarte y aún así tu me amas con cada gota de tu ser, me pongo en tu piel y no me puedo ver, para verte de la misma forma que me ves tú a mi... ante mis ojos ¿qué se supone que tendría que aparecer?.

    Podría recitarte mil y un poemas de amor y te aseguro que ninguno de ellos saldría de mi corazón, no eres mi musa, ni tan siquiera una fortuita pasión. Fuiste un suspiro que de mis labios ya se desvaneció, efímero, como surgió.

    Puede que a veces te evoque al anochecer pero te aseguro que antes del amanecer vuelves a desaparecer, te pierdes con la luz de las estrellas y eres arrastrada con el viento que mece suavemente mis cabellos, te desvaneces, no apareces a cada milésima de segundo, no me estremeces.

    Tu mundo gira cada vez que me ves pasar, el mío tiene la osadía de parar. Sucede que si tú no me ves el aire se extingue y te aferras a cada bocanada de oxígeno mezclado con el acerbo metal de la muerte que inhalas mientras las lágrimas caen de tus ojos hacia un vacío abismal, locura le suelen llamar; que cada vez que me voy tu mirada me sigue y se clava en mi espalda que es igual que el ocaso de Septiembre, tu pulso se agita más y sólo piensas en mi y, sin mi, te sientes como un pez fuera del agua, te agitas, no puedes respirar, ¿qué harás? morirás...